Viernes, marzo 11, 2011 Comentar
Valencia
Sangre azul
Escritora, periodista, conferenciante, pintora y modelo de artistas. Esta audaz aristócrata se embarcó en la aventura americana siguiendo la estela triunfal de Joaquín Sorolla, del mismo modo que anteriormente se había atrevido a cumplir una «misión especial» en la Guerra del Rif, por la que fue distinguida como capitán honorario, entre otros reconocimientos que jalonan su insólita biografía desde la cuna donde vio la primera luz. No en vano, siempre presumió de pertenecer a una de las más antiguas familias de España, lo que le permitió ser testigo privilegiada de la Belle époque y su inevitable desaparición. Hasta fallecer en Albacete arruinada por completo, después de haber dilapidado su cuantioso patrimonio y todas las fincas y posesiones heredadas. Margarita Ruiz de Lihory fue una mujer seductora y brillante, adelantada a su tiempo y a la nobleza que la exaltó como hija de uno de los próceres de la ciudad, tras deslumbrar en su adolescencia a la alta sociedad en la Valencia de la Restauración al ser ensalzada en 1907 por Teodoro Llorente, patriarca de la Renaixença, como Regina dels Jocs Florals de Lo Rat Penat. Desde entonces no dejó de ocupar un lugar protagonista en muy diferentes circunstancias políticas del siglo xx por su fina habilidad para situarse en los aledaños de poder, por el que nunca dejó de sentirse fascinada. Tuvo amistad íntima con militares como Primo de Rivera y Francisco Franco, desde su manifiesta debilidad por los uniformes, y trato cercano con figuras tan distintas como el plutócrata Henry Ford o el rebelde Abd el-Krim. El Cardenal Primado Reig prologó una obra suya dedicada a la Virgen de los Desamparados, por la que toda su vida sintió gran devoción, mientras la afeaba en privado por el escándalo de sus devaneos extraconyugales, que habrían de multiplicarse cuando se introdujo en la farándula de Hollywood de la mano de Blasco Ibáñez y pudo compartir el éxito de las estrellas pioneras, en tiempos del cine mudo. Años después, sería una de las primeras mujeres españolas en divorciarse legalmente, tras haber sido vigorosa protofeminista y entusiasta partícipe del ritmo de los locos años 20, desde Nueva York hasta la Costa Azul. Como abogada, fue vocal del Consejo protector de la Infancia y estuvo comprometida por la causa de la mujer durante la Segunda República, antes de colaborar desde la clandestinidad con la Quinta Columna de Barcelona durante la Guerra Civil, para servir finalmente como enlace políglota del criptonazismo durante los años de la postguerra mundial. Aunque este entramado de poderosas influencias no le impediría su internamiento psiquiátrico por orden judicial, tras resultar involucrada en el tétrico incidente familiar de gran resonancia en la España nacionalcatólica de los 50, sin duda ya bajo el desequilibrio devastador que su vida padeció en los últimos años. Y aún después de muerta, su aura esotérica seguiría siendo invocada para una fantasía de extraterrestres y alienígenas, cuyo alcance ciberespacial llega sorprendentemente hasta nuestros días.
Una vida de novela, incluso de película, en cuyo guión ella siempre representó el personaje principal, como corresponde al delirio megalómano que alimentó de fuerza psicomotriz su biografía. O mejor patografía, para describir la minuciosa revisión psicopatológica de la protagonista que propone Sangre azul. Vida y delirio de Margarita Ruiz de Lihory, obra publicada por la Universitat de València tras haber sido galardonada por el Ayuntamiento con el Premio Juan Gil-Albert en la modalidad de Ensayo, dentro de los XXVI premios literarios Ciutat de València.