Réquiem por un vendedor de discos

Discos

DiscosEs domingo por la mañana, en este julio infernal no sólo a causa del calor. El gobierno del PP está calentando el ambiente con sus provocaciones. La última es la subida salvaje del IVA que puede suponer el fin para músicos, actores, salas y editores. Siempre les ha gustado eso, provocar, a pesar de que la calle les plantó cara el pasado 19J. No cambian; tampoco sus votantes, que deben valorar que la derecha saque a pasear lo peor que tiene cuando gobierna (mejor, mande), y no entienden que no nos guste a todos. Es evidente que están imponiendo, ahora que la mayoría absoluta se lo permite, su modelo ideológico, nada de neoliberal: directamente neofranquista; aprovechando el desconcierto social y político y la deriva de Europa. Su España amarilla, déspota y poco educada les pone; por eso hacen lo que pueden para arruinar el conocimiento y la cultura (el alimento de la sociedad equilibrada) con medidas como esta.

Recuerdo una hermosa y evocadora sensación colectiva, que dio sus mejores frutos en la Europa liberada tras la Segunda Guerra Mundial. La tristeza y el horror eran tales entre  la población superviviente tras el conflicto, que brotó espontáneamente entre la gente un fervor por el teatro y la música, por el arte y el espectáculo, a pesar de que desde el punto de vista económico no era lo más conveniente. Nadie, ni gobiernos ni ciudadanos, puso trabas para que soñar con algo mejor de lo que se estaba viviendo fuera algo impropio frente a una economía de guerra. Se alimentó la cultura y el espectáculo para sobrevivir. Aquello era un lenitivo para el alma, por mucho que no diera de comer y las infraestructuras fueran famélicas; algo con que llenar el vacío que deja el sufrimiento. Y no hay duda que el arte dio un paso de gigante en esos años. Música, teatro, fantasía, espectáculos para soñar… entre todas las dificultades. ¡Tócala otra vez, Sam!

Salvando las distancias, pero no el sufrimiento de muchas familias que están perdiendo sus casas, sus ahorros, su dignidad… me pregunto ¿por qué no ha habido sensibilidad con esto; por qué machacar también con los sueños, sin miramiento con la subida del IVA en discos, teatro, música en directo, cine, material escolar… y también en  los entierros? (¡tiene guasa lo de los entierros!) Aunque este sufrimiento no sea comparable al de una guerra, ¿no hubiera sido más justo recortar de una forma más equitativa protegiendo lo mollar: la sanidad, la cultura y la educación? ¿Por qué además de pobres nos quieren ver humillados y con los valores sociales rotos? Hay un déjà vu en todo esto… demasiado inquietante. «Cuando oigo hablar de cultura, me echo mano al revólver». ¿Os suena?

Recuerdo también, que en mi juventud, en este país cutre que diría Gil de Biedma (que nunca fue liberado), se nos caía la baba cuando gracias al cine, al teatro y a la literatura fantaseábamos con algo mejor que la pura realidad que nos rodeaba, y cada cual le añadía su banda sonora. Ahora va a ser un poco más difícil. Se van a cerrar cines, teatros y locales de directo,  y la medida, además de situar al disco, concretamente, en una franja de productos prohibitivos, dará alas a los piratas y a los abanderados del todo gratis, lo que acabará de rematar las ventas. El mundo de la cultura representa en nuestro país un 3% del PIB, y se va a quedar tocado. Hay mucha gente detrás. Nosotros seguiremos trabajando y soñando; eso no nos lo van a quitar. Nos comeremos el IVA para que no decaiga la fiesta. Y aunque ganemos menos ¡Que siga el espectáculo!

Carlos Carrasco

3 Comments on “Réquiem por un vendedor de discos

  1. Els artistes i els intel.lectuals mai no han estat de la seua part, i ara que poden volen matxacar-los. Però un dia ho lamentaran, perquè hi ha certs límits que no es poden sobrepassar. Tu ho expliques molt bé en el teu article. No es pot arribar al punt de voler furtar-nos els somnis.

  2. Gràcies Eva, he intentat fer-ho be i parlar del que esta passant. Son uns canalles i tenim que dir-ho.

  3. Aúpa, Carlos, in tenso artículo… Intentan controlar y destruir la cultura, pero no podrán. Porque en materia de sueños, de ideas y creatividad les damos mil vueltas.

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