Julio Bustamante – Entusiastas, 1998

SOÑAR CORÍN


Soñar Corín y despertar
acariciando aún el rastro el rastro de la gloria.
Soñar Corín abrazados bajo una lluvia de estrellas :
besos de amor encendidos
en miradas anhelantes de prodigios.
Soñar Corín y abrir los ojos en otra ciudad,
cerrar los ojos y buscar de nuevo el sueño de Corín.

Muchacho enamorado de la chiquilla más linda
que se pueda desear del uno al otro confín,
orgulloso de ser dueño del amor de su Corín
aunque sólo sea un sueño …

Presencia de Corín, provisional,
providencial hoguera en la intemperie de los corazones.
Beber del manantial directamente con el agua hasta la cintura,
acariciar a la niña que vino del espacio.
A ver si te portas bien esta vez …

Improvisar un hogar cuando la realidad necesita urgente un sueño.
Disponer los candelabros, la mesa y los invitados,
llegar con la botella bajo el brazo.
Aparición de Corín que te espera, que te espero,
escondida en el pasillo, que te pillo, que te pillo…
para ponerte bajo su manto protector.
Estréchala fuerte. Tú estréchala fuerte …
Permanecer así todo el tiempo que haga falta.
Cerrar los ojos y no pensar ya más en nada:
Soñar Corín, y ya está

Como hacen los peregrinos
que acostumbran a dar gracias
por los dones que la vida les depara en el camino,
por el cielo de los gatos y los niños.
Por el amor y la magia;
por toda llamarada o paraíso …

Soñar Corín y abrir los ojos en otra ciudad,
cerrar los ojos y buscar de nuevo el sueño de Corín.

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