Miércoles, octubre 20, 2010 Comentar
De Ryan Adams se pueden decir muchas cosas y casi todas malas. Desde que salió de su Jacksonville natal, en el estado de Carolina del Norte, después de abandonar los estudios en el instituto y haber formado su primera banda, Whiskeytown, no paró de meterse en líos y comportarse como un niñato impresentable gracias a ese cóctel de fama, ego y abuso de las drogas. Pero todo este historial no parece que haya mermado su capacidad más notoria, la de componer buenas canciones.
Representante puntero del llamado Alt-Country estadounidense, este joven, que desde 2009 dice haber cambiado de rumbo anunciando públicamente que ya se había hecho mayor y por lo tanto abandonaba para siempre las drogas, sigue sorprendiéndonos por su estilo, sensibilidad y esa sobriedad elegante que tienen sus canciones más intimistas, como esta Oh my sweet Carolina
Por Comboi
Por Comboi