Miércoles, agosto 22, 2012 Comentar
Paradójicamente, esta canción de Golpes Bajos, el himno de la movida viguesa y un icono para toda una generación, se escribió cuando corrían muy buenos tiempos para la lírica. Los ochenta. Descubríamos la libertad. Tiempos de proyectos y de sueños en un futuro mejor. El rock nacional inundó todos los espacios más allá de los círculos de culto y algunos grupos trascendieron su habitat natural para convertirse en historia viva de este país que ahora está pasando la resaca de tanta borrachera. Todo se diluyó como un azucarillo, pero me sigo poniendo burro cuando oigo la voz misteriosa de Coppini.