Lunes, noviembre 30, 2015 Comentar
Federico Francesch
El último disco de Carles Dènia es una vuelta hacia el purismo del cant d’estil, pero una vuelta con una voluntad muy concreta, porque su intención es, desde las raíces, criticar la autenticidad que algunos se otorgan en cuanto a la canción tradicional valenciana. Un disco muy distinto de los dos anteriores, cada uno con su propia personalidad y, además, muy diferenciada. Por eso creímos que lo mejor para valorar su trabajo era ir a las fuentes, es decir, conversar con el propio autor para que nos guiase en ese camino que trascurre a través de sus discos, para nosotros, tan distintos: «Es una idea pendular. Si no vas incidiendo en tus fuentes vas perdiendo: vas perdiendo memoria, vas perdiendo regusto… Yo no quiero perder esto porque es mi savia, yo sin esto me quedo vacío. Solo lo haces cuando tienes un compromiso concreto, y me sirve para estudiar, para recogerme, para rearmarme y para después hacer la canyonà, que es el objetivo final al hacer mi música, pero también les fuentes como motor que necesitas».
Tan alta com va la lluna
Su primer disco, a nosotros se nos antoja, y se lo decimos, como una suite de reinterpretación del cant d’estil: «Fue un bombazo, pero yo de ese disco no estoy tan contento. Tiene mucho trabajo, muchísimo trabajo, un trabajo de filigrana, pero no se grabó como se había de grabar. Si lo tuviese que grabar hoy y mezclarlo hoy, otro gallo cantaría. Pero bueno, se hizo como se pudo hacer, pero es un disco que a la gente le encanta y hay muchos a los que le gusta más que El paradís »… (+) B!Ritmos