Lunes, julio 25, 2011 Comentar
En las redacciones de muchos periódicos hace dos años que se elaboró su necrológica, porque el fin pareció inminente en diversas ocasiones. Por ello, conmociona poco saber que ha muerto.
Juan Puchades despide con este texto de urgencia a Amy Winehouse, fallecida la tarde del sábado 23 de julio.
Texto: JUAN PUCHADES.
Con “Frank” (2003) no sucedió gran cosa: Amy Winehouse era una chica que orientada hacia el jazz blanco y al revival del rhythm and blues, prometía. Recibió algunos premios y obtuvo buenas ventas y críticas. Poco más. Pasó el tiempo y la canción ‘Rehab’ (de su segundo trabajo, “Back to black”, 2006; ya metida en aguas soul) la puso en el disparadero del éxito global, ese que conduce a la fama, la popularidad, la notoriedad… a la ausencia de vida privada, en definitiva. Para colmo, los medios especializados, tan dados a mirar de reojo todo aquello que huela a éxito, brindaron por la elegancia musical de Amy Winehouse, por su rotunda y exuberante voz de maneras clásicas. Ahora sí, había nacido una estrella. (+)